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Nos gustaría compartirle una historia.
Stanley Ipkiss, de la película “La máscara”, es un tímido y torpe empleado de un banco en la ciudad de Edge. Su vida posiblemente sea un poco tranquila y solitaria, pero es su vida. Hasta una noche cuando se le niega la entrada a un club nocturno de moda, el Coco Bongo, para ser exactos, y se queda varado cerca de la bahía con un auto alquilado.
Allí descubre una máscara antigua, una representación burda de Loki, el dios nórdico de la noche y de las travesuras, se la lleva a casa y se la pone. Y luego sucede algo divertido. La máscara se envuelve alrededor de su cabeza y lo transforma en un derviche girador, con traje amarillo y el poder de moldear la realidad y romper las leyes de la física.
La máscara asume la identidad de Stanley, causa estragos en su vida y enloda su buen nombre. Después de todo eso (con un armario repleto de dinero robado del banco), lo arrestan por robo y alteración del orden público, y lo meten en la cárcel, en una celda fría y húmeda.
Bueno, está bien. La máscara es solo una película de Jim Carrey y para nada un caso práctico de robo de identidad. Pero el caos, el estrés y la agitación: en eso todo es igual. Y solo porque todo funciona bien al final para Stanley (se queda con la chica, derrota a los chicos malos, se venga de sus opresores y vive feliz para siempre) no significa que las víctimas en la vida real corran con tanta suerte.
El robo de identidad se ha convertido en un gran negocio. Como lo publicamos la semana pasada, el delito está explotando, dispuesto a sobrepasar al robo tradicional como la forma principal de delitos a la propiedad. Si cree que los consumidores son las únicas víctimas, reconsidérelo. Los negocios, particularmente los pequeños, se están convirtiendo en objetivos más atractivos, y fáciles.
Con la serie de recientes irrupciones a bases de datos en establecimientos comerciales reconocidos y los alarmantes hackeos por Internet como el de Heartbleed, no es sorpresa que el robo de identidad les cueste a las empresas mundialmente un estimado de ¡$221 mil millones al año! Debido a que los estafadores encuentran formas cada vez más sofisticadas para secuestrar su identidad y su vida, la actividad criminal en y fuera de línea se ha vuelto generalizada. De hecho, tanto así, que los expertos en seguridad cibernética aconsejan que todo negocio espere ser víctima de ello en algún momento.
Parece que los ataques vienen en todas las formas y de todas partes, incluyendo:
Asusta ¿verdad? No puede prevenir esta violación de la privacidad, pero puede emplear técnicas relativamente sencillas para protegerse. Si no comete errores tontos, como usar una máscara misteriosa, los bandidos la tendrán un poquito más difícil. Recomendamos que cumpla esta lista de comprobación:
1. Resguarde los documentos importantes.
Proteja el número de identificación de empleador (EIN) de su empresa tanto como se hace con el número del Seguro Social. Esto significa mantener todos los documentos/registros confidenciales de la empresa en un lugar seguro y protegido, inaccesible para personas no autorizadas y pasar por la trituradora de papeles (con corte cruzado, de confeti o en diamante) aquellos documentos que sean innecesarios. Tenga cuidado con revelar su EIN, especialmente por motivos innecesarios o en solicitudes de crédito empresarial que no se han pedido.
2. Supervise sus informes de registro y crédito empresarial.
Esta es una de las mejores maneras de prevenir el fraude. Inscríbase en servicios para monitorear su información con el estado y los otros tres buros de crédito nacionales (Equifax, Experian y TransUnion). Tendrá acceso a sus archivos las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y recibirá alertas por correo electrónico que le notifiquen sobre actividad en su cuenta.
3. Proteja sus cuentas bancarias.
Si concilia sus cuentas a diario, tendrá mucha más probabilidad de localizar actividad sospechosa o fraudulenta. También debería familiarizarse con las políticas sobre fraude y banca empresarial de su institución financiera, y proteger sus sistemas de pago: controles de autenticación para ACH y transferencias bancarias, Positive Pay para cheques. ¡Y siempre, siempre, esté alerta a las estafas de suplantación de identidad (phishing) por correo electrónico!
4. Practique la banca segura en línea.
Una vez le preguntamos a un ladrón cómo prevenir mejor el fraude bancario en línea, y este se ha convertido desde entonces en una de nuestras mejores publicaciones. Lea esta antigua, pero buena publicación para informarse sobre cómo practicar banca segura en línea.
5. Busque los indicadores de advertencia.
Para sorprender a los ladrones en el acto, tiene que saber lo que está buscando. Familiarícese con los trucos, los engaños y los fraudes de arriba, todas las formas en que operan los ladrones de identidad, y luego permanezca vigilante. Mantenga la vista puesta en:
Cuanto más rápido actúe, más seguro estará. Para obtener más información sobre el robo de identidad y los servicios de prevención, comuníquese con su institución financiera.
*Esta es la tercera entrega de "Salvaguardar su empresa", una serie que lo forma sobre cómo dejar de defenderse de las amenazas comerciales externas. Lo ayudará a ponerse en una posición ofensiva, donde puede comenzar a pensar estratégicamente sobre su negocio. Si se perdió el artículo anterior, puede encontrarlo aquí.